08/02/2016

LOS MEJORES DISCOS SSD

En el mundo del hardware, hoy en día si se quiere mejorar el rendimiento del PC tienes que elegir una buena unidad de estado sólido (del inglés Solid State Drive, SSD) que se caracterizan por una alta velocidad de transferencia de datos (hasta 10 veces más) y unos tiempos de acceso mínimos a la información.

Los SSD son dispositivos que utilizan memorias como las de los pendrives o llaves USB, pero de mayor calidad. Pueden venir en distintos formatos, desde los típicos de los discos duros de portátil hasta pequeñas tarjetas que se conectan en puertos especiales (mSATA o PCIe).

La diferencia entre un disco duro y un disco SSD está en el tiempo de acceso a la información y en el de transferencia. En los discos duros los platillos están todo el rato girando y solo leen información cuando el cabezal pasa por el punto en el que está la información. En las memorias de los SSD acceden directamente a la información en el momento que quieren. La velocidad de transferencia de los discos duros depende de la velocidad de giro de los platillos, pero es algo que no se puede aumentar alegremente, sobre todo para discos duros para usuarios domésticos.

La transferencia de un disco duro suele ser de unos 100 a 150 MB/s en los de 7200 rpm, y en un SSD "doméstico" llega fácilmente a 500 MB/s (ambos transfiriendo archivos grandes entre dispositivos con su misma velocidad o superior), aunque hay otros que pueden llegar a velocidad de más de 1.500 MB/s.

Si lo que queréis es tener un equipo para jugar, lo más recomendable es siempre tener un disco SSD para el sistema operativo. Si no, también, ya que el sistema operativo arrancará en unos 10 segundos. Al instalar en un disco duro normal (preferiblemente de 7.200 rpm), nos permitirá que a medida que jugamos no se tenga que acceder a distinta información a la vez en un mismo disco, mejorando el tiempo de respuesta del ordenador.

También puede ser conveniente disponer de una unidad de alimentación de respaldo (SAI) para los equipos que usan un SSD. Los discos SSD más antiguos tenían una alta probabilidad de perder información o dañarse si se apagaban repentinamente, como puede ser en caso de en un apagón, pero cuanto más nuevo sea un SSD más preparado estará para evitar esas pérdidas de datos. Por eso es recomendable usar discos actuales en vez de otros más antiguos aunque sean más baratos.

Aun así, se recomienda el uso del SSD para el sistema operativo y no guardar información importante.

Los discos SSD, para mantener su rendimiento lo más alto posible, deben tener una parte de su espacio libre, por lo que se suele recomendar dejar al menos un 10 a un 20 por ciento del espacio total de los SSD libres. Esto es debido a la forma de guardar la información en el disco.
En algunos modelos la necesidad de espacio libre será mayor y en otros mucho menor, según su firmware. Los más nuevos suelen ya incluir suficiente sobre-aprovisionamiento para posibles sectores defectuosos y evitar también la ralentización por estar cerca de llenarse, aunque es recomendable dejar al menos un 10%.

Cómo elegir tu SSD.

Pero elegir un disco SSD adecuado no siempre es fácil porque es una tecnología nueva que lleva solo unos pocos años en el mercado, y menos de dos años a unos precios razonables, y no dejan de bajar en los últimos meses. Por eso al final os daremos unas indicaciones para elegir el SSD por calidad/precio más adecuado a vuestras necesidades o lo que queráis gastaros en uno si es que buscáis el más barato.

Los SSD son ideales para portátiles como forma de mejorar el rendimiento. Los Macbook Air y Ultrabooks se venden con este tipo de almacenamiento (bajo consumo y arranque rápido como grandes ventajas). Especialmente hay que buscar los que tienen menor consumo en reposo, de tan solo unos milivatios.

Los discos de 240 a 256 GB son los que van a tener los precios más interesantes para la mayoría de usuarios. Los parámetros de velocidad indicados son el secuencial y el de lectura de archivos de tamaño 4 KB, aunque ni uno ni otro reflejan el uso real en el día a día. Hay que tener en cuenta que la mejora de los SSD proviene ante todo de los tiempos mínimos de acceso a la información y de una mayor velocidad de leer y escribir archivos de pequeño tamaño.

Este rango (240 a 256 GB) suele ofrecer suficiente capacidad para el sistema operativo, aplicaciones habituales y datos de usuario, pero también es el mínimo que recomiendo para un Mac. En el caso de Windows es suficiente con tener un disco de 120 GB para el sistema operativo y aplicaciones frecuentes, aunque optar por 256 GB permite también tener algún juego instalado, ganando rendimiento en la carga de texturas, niveles y escenografía. Entre ellos podemos encontrar:
 
Crucial BX200 de 240 GB

 
Samsung 850 EVO de 250 GB

ScanDisk Ulra II de 240 GB

 
SanDisk Plus de 240 GB

Y los de mayor tamaño, el Transcend 370S de 1 TB, el Samsung SSD 850 EVO de 2 TB y el Samsung SSD 850 Pro de 2 TB.

Los discos de 120 a 128 GB suelen ser ideales para disponer de un arranque rápido el sistema operativo y beneficiarnos de bajos tiempos de carga de aplicaciones. Es suficiente para un sistema operativo Windows. En el caso de los Mac, es preferible optar por 240 a 256 GB.

Los mejores SSD por lo general cuentan con gran consistencia de lectura y escritura, o dicho de otro modo, que mantengan la máxima velocidad posible en todo momento. Hay algunos modelos de menor precio que también cuentan con menor consistencia, y por tanto en actividades prolongadas de disco duro (por ejemplo ripeo de películas o diseño gráfico), una mala consistencia en la transferencia afecta directamente al rendimiento máximo que se puede obtener con ellos. También cuentan con mejor protección contra errores y mayor durabilidad. Algunos modelos son:

ScanDisk Plus de 120 GB

  • Samsumg 850 EVO de 120 GB
  • ScanDisk Ultra II de 120 GB
  • Samsumg 850 Pro de 128 GB
  • OCZ Vector 180 de 120 GB.
En las versiones portátiles de discos SSD podemos encontrar Samsung Portable T1 de 250 GB, de 500 GB y de 1 TB.


Factor de forma M.2 con conexión PCIe.

M.2 es una especificación que describe diversos posibles factores de forma distintos para los discos SSD. Cada uno puede tener interfaces distintas, siendo común a todas ellas la PCIe. Esto les dota de una mayor velocidad, que puede superar, y con creces, los habituales 550 MB/s de los SSD que usan SATA (la mayoría actualmente, como por ejemplo los de 2,5 pulgadas y los mSATA).

Ahora mismo hay pocas opciones de SSDs que usen alguno de los tamaños M.2 ya que ha llegado con el chipset Z97 de Intel, pero irán en aumento a medida que se acelere la venta de placas con este chipset. M.2 que sustituye técnicamente al formato mSATA, aunque cuenta con compatibilidad hacia atrás con SATA 3 en dos de los cuatro factores de forma que tiene M.2.

La principal ventaja del siguiente SSD de Samsung es una velocidad de transferencia realmente elevada de hasta 1.200 MB/s, y se pueden poner en RAID 0 para una velocidad aún mayor. La mayoría de placas de tamaños ATX y Micro-ATX (por no decir todas), cuentan con una conexión en placa de este tipo.

Fuente: Geektopia

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